Un motivo preocupante para los alumnos en el DELE es el audio. No pocas veces causa desesperanza y frustración el comprobar progresos en otras pruebas del mismo examen y ver cómo dichas mejoras son inexistentes o, al menos, imperceptibles en la comprensión auditiva. Los alumnos que así sienten a menudo están excesivamente centrados en el hecho mismo de la escucha; en el acto de oír. Sin darse cuenta de que, a la postre, lo más determinante no es tanto el captar sonidos; sino más bien el saber trazar las líneas que los separan en sintagmas, primero; y el ser capaces de identificarlos con determinados verbos, sustantivos, adjetivos después.
Esto nos viene ya a indicar que son varias las capacidades que se ponen en juego a la hora de descifrar esta prueba. No se trata, pues tan solo de contar con un oído más o menos agudo. Lejos de ello, para la identificación de los diversos elementos que van apareciendo en la audición, nuestros conocimientos gramaticales (amén de los léxicos) nos serán de gran utilidad. Pero, antes incluso de ello, nuestro dominio de la lectura puede ser la mejor baza a la hora de delimitar los distintos sintagmas en los que previsiblemente se agruparán las palabras, para enfrentar así con mayor confianza la prueba auditiva.
De hecho, en contextos como el de Japón, en el que no son muchas las oportunidades de escuchar español en la vida diaria, las carencias en la comprensión auditiva pueden revelar con frecuencia desequilibrios entre nuestra capacidad de expresarnos oralmente y nuestra capacidad de lectura. Y, en efecto, no pocas veces acontece que, comunicándonos con un alumno, apreciamos una pronunciación y una entonación correctas; pero la impresión cambia radicalmente cuando, pidiéndole que lea determinado texto, no es capaz de hacerlo sino palabra a palabra. (Y esto tampoco es de extrañar, por cuanto la lectura es quizá una de las destrezas más descuidadas en nuestros días). Si Dios quiere, profundizaremos en esto en próximas publicaciones. Pero de momento, hazte a la idea de que, para mejorar tu comprensión auditiva, te hará mucho bien no solo escuchar y escuchar; sino también, y paradójicamente, escucharte, practicando la lectura en alta voz.
スペイン語オンライン教室.net, julio de 2022
Recuerdo a un estudiante que vino a verme, sorprendido porque había suspendido el oral del DELE B2. Decía que había respondido a todas las preguntas. Y que, además, no había cometido errores. Sin embargo, a diferencia de las pruebas de los niveles inferiores (A1 y A2), la de B2 no va de responder preguntas. Y, contrariamente a las pruebas de niveles superiores (C1 y C2), tampoco resulta tan trascendental el no cometer fallos. (Y muy especialmente si, a costa de ello, vamos a hablar solamente en presente y con frases telegráficas).
Partamos, pues, de un hecho básico a la hora de enfrentar una prueba oral de DELE. A saber, que dos cosas muy distintas son la gramática y la comunicación; y que esta última es más amplia que la primera. De modo que puede perfectamente ocurrir lo siguiente: que una respuesta que cumple con los requerimientos gramaticales no cumpla acaso con todas las expectativas comunicativas de un nivel B2.
Pongamos ejemplos sencillos con preguntas que no corresponden a nuestro nivel, pero que servirán para aclarar fácilmente qué queremos decir con todo esto. Y así, ante las preguntas: "¿Qué tal estás?", "¿Qué es tu padre?", "¿Tienes hermanos", "¿Cuántos sois en la familia?". Las respuestas "Bien", "Es médico", "Sí, tengo hermanos", "Somos cinco", podrán ser suficientes en un nivel B1, pero a todas luces se tornan insuficientes en el B2, en el que se espera del alumno que, lejos de dejarse arrastrar por un torrente de preguntas, facilite e incluso propicie un diálogo. Estas son las mínimas expectativas comunicativas.
"Estoy bien, gracias. Aunque un poco nerviosa. ¿Y usted?". "Mi padre es médico, trabaja en un hospital de Ibaraki. No sé si sabe dónde está Ibaraki". "Sí, tengo una hermana menor, Emi, con la que me llevo muy bien". En mi familia somos 5: mi padre, mi madre, mi hermana, mi abuela y yo. Sí, mi abuela vive con nosotros". Todas estas serían mejores respuestas.
Y es que la comunicación no está tan solo compuesta por palabras, sino por intenciones. Y, al añadir una pregunta a mi respuesta o al ofrecer una información detallada que va más alla de lo que se me había pedido, muestro, por un lado, mi deseo de comunicarme; y, por otro, que no tengo miedo a aventurarme abiertamente en la comunicación; porque estoy deseando demostrar que puedo sacar la prueba.
スペイン語オンライン教室.net, julio de 2022
En tiempos de estudiante universitario, recuerdo aún cuando un profesor trató de abrir nuestros ingenuos ojos de recién ingresados en la facultad de Filología a la realidad de las obras literarias. Se armó un cierto alboroto en el aula cuando osó declarar que muchos de aquellos hermosos poemas que tanto nos gustaban no eran apenas fruto de la inspiración y del esfuerzo del poeta; sino consecuencia de un muy consciente y calculado proceso de creación, en el que nada había sido dejado al azar.
Cundió entre la clase una cierta indignación, por cuanto parecía que lo material y mundano del "cálculo" casaba poco, o mejor aún, nada con lo elevado y espiritual de la poesía de un Fray Luis, de un Bécquer, de un Salinas... Buscamos las miradas los unos de los otros, como para corroborar que aquellas palabras no habían hecho mella en nosotros; para confirmar que seguíamos siendo fieles a la concepción romántica de la poesía. Deseábamos ratificarnos (en sonrisas que, despachábamos por doquier e intercambiábamos fugazmente), que era más bien él, el profesor, quien se equivocaba. A fin de cuentas, ni siquiera era el titular y no estaba sino sustituyendo al catedrático (que se encontraba rumbo a un congreso, y que era quien sí sabía).
Pero, bueno, después de todo, aquel buen profesor tenía toda la razón del mundo. Y yo mismo, cuando me pongo a escribir pequeños relatos de ficción, procedo con mucha reflexión y cálculo. En fin, escribo sobre todo esto para decir que un buen examen de DELE B2 (a no ser que se tenga un alto dominio de la lengua después de una larga estadía en el extranjero), no es fruto del azar sino de una buena y calculada preparación. (Probablemente mucha más de la que te imaginabas). Son una composición escrita o un texto oral que, cuanto más sencillos y naturales parecen, son justamente más artificiales, por cuanto repiten una estructura interiorizada y decidida de antemano. (Y con independencia del tema concreto que le vaya a tocar tratar). En ello, Dios mediante, trataremos en próximas publicaciones.
スペイン語オンライン教室.net, julio de 2022