Es esta una célebre frase recogida en el Nuevo Testamento; y, concretamente, al comienzo del cuarto evangelio (Jn. 1, 19), en aquel preciso pasaje en el que Juan el Bautista es interrogado por los enviados de las autoridades religiosas y los ancianos: "¿Quién eres tú? ¿Eres el Cristo? ¿Eres Elías? ¿Eres el profeta?". Así le inquieren, sin ningún tipo de preámbulo, a ese hombre que sabía proferir palabras tan recias como las mismas prendas que vestía (unas rudas pieles de camello): "¡Raza de víboras!", se le había oído exclamar dirigiéndose en otra ocasión a sus propios oyentes (Mt. 3, 7) .
Nos encontramos, pues, ante una persona de fuerte carácter; la cual, sin embargo, va a responder a aquellos emisarios en unos términos que nos revelan lo más íntimo de un corazón que, no por ser fuerte, deja de ser profundamente humilde. Observemos si no, cómo, en lugar de tratar de reafirmar con fuerza su yo ante quienes lo están poniendo en cuestión, tomando las palabras de la profecía de Isaías dice simplemente acerca de sí: "Ego vox clamantis in deserto"; esto es, "Yo (soy) la voz que clama en el desierto" (Jn. 1, 23). Al presentarse a través de lo menos corpóreo y evidente, lo menos material y perceptible de su condición humana, se declara como alguien, en realidad, invisible, incluso prescindible. Lo importante es la palabra, el mensaje que transmite... y él es apenas una voz; algo que ni puede ser visto, ni puede ser tocado, sino simplemente oído. Y, aunque teóricamente sea audible, ¿quién sería, en verdad, capaz de percibir una débil voz humana en la inmensidad de un desierto?
Con todo, san Juan Bautista no hace aquí alusión tan solo a su propia pequeñez o a la aridez real de las tierras en las que vivía ascéticamente; sino, en sentido figurado, a la sequedad y esterilidad del corazón de los hombres. Pues, a pesar de nuestra condición de seres humanos (<lat. humus, tierra) difícilmente dejamos germinar en nosotros el mensaje de conversión que él transmite. Lo oímos, pero no le escuchamos; reacios a enderezar el rumbo de una vida que, aunque lleguemos a sentir que es demasiado mundana y apegada al polvo terreno, a la postre nos cuesta rechazar.
スペイン語オンライン教室.net, julio de 2022